Soy periodista y quiero emprender,  ¿por dónde empiezo? - Alternativa Emprender
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Soy periodista y quiero emprender,  ¿por dónde empiezo?

Soy periodista y quiero emprender,  ¿por dónde empiezo?

Soy periodista y quiero poner en marcha mi propio proyecto, pero no sé por dónde empezar.

Es posible que esta reflexión se la esté planteando ahora mismo más de un periodista. Puede incluso que tú tengas esta idea en la cabeza desde hace algún tiempo.

 

Quizá porque has salido de la universidad y no encuentras trabajo, o porque has sido víctima de una regulación de empleo en tu medio o, simplemente, porque estás descontento con tu trabajo, la idea de emprender en periodismo tiene cada día más fuerza.

 

Pero la primera barrera con la que nos encontramos a la hora de plantearnos poner en marcha nuestro propio proyecto es la escasa preparación que tenemos los periodistas en todo lo relacionado con el emprendimiento. No nos han formado, nos asustan los números y durante décadas se ha ido incrustando en el ADN de la profesión que todo lo relacionado con las cuentas, los aspectos comerciales, el marketing y la organización empresarial no era algo de lo que tuviéramos que ocuparnos nosotros, los periodistas, ni siquiera teníamos que aprender sobre ello.

 

Qué equivocados estábamos. Porque ahora que las redacciones de los medios de comunicación se reducen, nos hemos dado cuenta de que, en muchos casos, los periodistas tenemos que tomar las riendas de nuestros proyectos para tener futuro.

 

Y aquí es donde comienzan las dificultades. Imaginemos a un periodista que le está dando vueltas a la idea de poner en marcha un proyecto. Como te decía, puede que seas tú mismo: tienes unas aficiones, quizá estás especializado en un tema, ves oportunidad en un mercado concreto y tienes un proyecto en la cabeza. Perfecto, pero ¿por dónde empezar?

 

En este punto, lo primero es descubrir si lo que te ronda en la cabeza se queda en una simple ocurrencia, es una buena idea o incluso puede ser una idea innovadora. No es algo fácil, pero identificar y clarificar tu idea es una fase esencial que te puede ahorrar mucho tiempo, esfuerzo, ilusión y dinero.

 

¿Y cómo hago esto? Pues reflexionando sobre tu propuesta de valor. Dicho de otra forma: la idea que tienes debe solucionar un problema.

 

Por tanto, lo primero que hay que hacer es buscar problemas y reflexionar sobre si la idea se adapta a alguna necesidad de la audiencia. Para ello hay que abrir bien los ojos y los oídos, mirar y escuchar con atención a tu alrededor.
Es importante preguntar mucho, a todo el mundo, pero sobre todo escuchar. Las respuestas te pueden dar muchas pistas para orientar tu idea antes de ponerte a trabajar en ella.

 

Así, antes de lanzarte a invertir en tu proyecto, comparte tu idea con amigos, colegas y expertos que puedan ayudarte a afinarla, a orientarte en cómo llevarla adelante. Y empieza a estudiar el mercado, el número potencial de clientes, investiga si hay experiencias similares en otros países y estudia la competencia.

 

Una vez que tengas una idea aproximada de todo esto, ya vendrá la decisión de si merece la pena pasar a una segunda fase: plan de negocio, modelo de negocio y organización. Pero antes, por lo menos, habrás comprobado si tu ocurrencia puede ser una idea por la que algunas personas están dispuestas a darte parte de su tiempo o de su dinero.

 

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